miércoles, octubre 04, 2006

Calderón no se libró de protestas en Honduras

Repudio de organizaciones indígenas al panista (Link)

Solecito Anunció que relanzará el fracasado Plan Puebla-Panamá

CLAUDIA HERRERA BELTRAN ENVIADA

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El presidente de El Salvador, Elías Antonio Saca, saluda al presidente electo de México, Felipe Calderón Hinojosa, a su llegada al país centroamericano Foto Ap

Tegucigalpa, 3 de octubre. El presidente electo de México, Felipe Calderón, no se libró de protestas en su contra durante la primera gira que realiza por América Latina y que sirvió para anunciar su intención de "relanzar" el Plan Puebla-Panamá (PPP), iniciativa fracasada del gobierno del presidente Vicente Fox, así como un programa de reintegración energética en la región.

Decenas de integrantes del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh) cerraron la carretera panorámica en rechazo a la construcción de una presa, así como del Plan Puebla-Panamá, y en repudio al panista, porque -según su manifiesto escrito- fue designado en un "vergonzoso fraude electoral".

La inesperada movilización, efectuada en el contexto de una reunión de presidentes, vicepresidentes y representantes de ocho países de Centroamérica, puso en aprietos a Calderón, pues opacó lo que después presentó como su primer logro diplomático: la suscripción de los mandatarios de una declaración para lamentar la construcción del muro en la frontera norte del país.

Durante el segundo día de su recorrido por Centro y Sudamérica, el panista incluyó visitas relámpago que duraron apenas unas horas en El Salvador, Honduras y Costa Rica.

Por segunda vez se refirió al conflicto en Oaxaca y dijo que se cometen graves violaciones porque se restringe la libre circulación y se recurre a la violencia, pero apeló a que el problema quede resuelto por la vía del diálogo y la paz.

En Honduras, el panista participó en la reunión del Sistema de la Integración Centroamericana, organismo creado por países de la región con el fin de enfrentar los problemas de la delincuencia organizada, concretamente las maras, la delincuencia organizada y el narcotráfico.

En el club campestre Bosques de Zambrano, un balneario del municipio de Francisco Morazán, todo apuntaba a que el michoacano tendría una cómoda presentación como futuro jefe de Estado con los mandatarios de ocho países y representantes de la Unión Europea y de Estados Unidos.

Apenas había transcurrido una hora de su llegada, cuando una televisora de Honduras comenzó a difundir, desde la sede del encuentro, que a cuatro kilómetros del lugar se encontraban apostados los indígenas.

A esas alturas la movilización fue vista como un conflicto local, porque -según las imágenes transmitidas- los manifestantes expresaban con una manta su inconformidad con el proyecto de construcción de la represa El Tigre.

Pero minutos después la misma televisora difundió el manifiesto de los inconformes, que en el punto cinco advertía su rechazo a Calderón, pero no hicieron mención alguna del perredista Andrés Manuel López Obrador.

No me percaté de las protestas

En coincidencia con las negociaciones que realiza Calderón para reimpulsar el Plan Puebla-Panamá -como él mismo lo anunció después en Costa Rica- este grupo expresó su rechazo a la implantación de acuerdos de libre comercio, porque -dijeron- se traducen en pérdida de empleos y de seguridad alimentaria.

Desde el cerro donde se ubica este balneario apenas se podía observar la carretera cerrada por los inconformes, pero fue evidente que causó preocupación entre las comitivas y los organizadores. Para la protección de los jefes de Estado, la Policía Nacional tuvo que movilizar a unos mil elementos, según informó el jefe de Seguridad de la reunión, el coronel Efraín Ochoa.

La delegación que acompañaba a Calderón también estaba preocupada. Al ver que los periodistas mexicanos comenzaban a difundir el contenido del manifiesto. Maximiliano Cortázar, coordinador del área de comunicación, reprendió a un comunicador y luego aclaró que sólo eran 30 personas las inconformes. Esta versión contrastaba con la que dio el coronel Ochoa, en el sentido de que eran unos 200.

En el desconcierto, el equipo de seguridad planteó inclusive trasladar a los periodistas mexicanos en helicópteros -tal como viajó Calderón a este punto- con el fin de librar la protesta y poder llegar a tiempo al aeropuerto para continuar a Costa Rica.

No fue necesario porque finalmente los policías llegaron a un acuerdo con los manifestantes y éstos desalojaron la carretera. Luego, a bordo del avión presidencial TP02, a Calderón se le preguntó su opinión sobre el incidente y comentó: "No me percaté de las protestas".

El muro afectará la relación bilateral con Estados Unidos

Para aliviar el impacto mediático de la movilización, Calderón dio a conocer de inmediato que ocho países suscribieron una declaración donde demandan una reforma migratoria integral, y expresan su "esperanza" de que el Congreso de Estados Unidos adopte en sus debates un enfoque "integral, justo y viable" para resolver el problema.

El documento fue suscrito por los presidentes de El Salvador, Guatemala y Honduras, los vicepresidentes de Costa Rica y Nicaragua y los representantes de Belice, Colombia y República Dominicana.

Calderón insistió que en el caso de México esta medida afecta la relación bilateral con Estados Unidos y no resuelve el problema de la migración.

En su visita a esta región donde los países centroamericanos se pelean por ser la sede de una refinería de Pemex -que promueve Fox-, Calderón no dejó de coquetear con la posibilidad de que puede realizarse en cualquiera de esa naciones. "Puede ser en Costa Rica todavía", expresó, con lo que alentó las esperanzas como lo hiciera un día antes en Guatemala.

Tanto con el presidente de El Salvador, Elías Antonio Saca, como con el de Costa Rica, Oscar Arias, defendió el PPP y anunció que el centenar de proyectos en marcha deberá ser evaluado en "su justa dimensión".

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