Destruirlos abriría la puerta a desacato de ley del IFAI, alertan
Protesta en la ciudad de México el pasado primero de septiembre en demanda del recuento voto por voto Foto Carlos Cisneros
Si el Instituto Federal Electoral (IFE) resuelve destruir los paquetes de los comicios del 2 de julio no habrá forma de resolver la crisis poselectoral que vive México y, además, abrirá la puerta para que otras dependencias de gobierno descarten la participación del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública y la aplicación de la ley correspondiente, que es una de las mejores de su tipo en el mundo, sostienen los académicos Irma Sandoval y John Ackerman, de la Universidad Nacional Autónoma de México, en un artículo de opinión que publicó el pasado viernes el diario Los Angeles Times.
Proponen una salida similar a la que se dio en el estado de Florida, durante las elecciones en que contendieron el republicano George Bush y el demócrata Al Gore. Ahí los paquetes electorales son preservados para el escrutinio de las generaciones venideras. Sostienen: "México no se merece menos que esto."
Sandoval es profesora del Instituto de Investigaciones Sociales y Ackerman del Instituto de Investigaciones Jurídicas, ambos de la UNAM.
En su análisis comentan que aunque es positivo que el asignado presidente electo, Felipe Calderón, se haya pronunciado "en contra" de incinerar de inmediato los paquetes electorales, este gesto no sirve de nada sin medidas concretas que permitan la apertura y el recuento de los mismos. Peor aún -señalan-, el pasado martes el PAN impidió la creación de una comisión especial que vigile la integridad de estos paquetes, lo que pone en entredicho el supuesto compromiso con la transparencia.
Además, recuerdan que el IFE permitió una discrecional "recategorización" de los paquetes, no como documentos oficiales, sino como "material de expresión de las preferencias electorales", recurso ad hoc que en cualquier otro país sería considerado ilegal.
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